lunes, 26 de enero de 2015 | By: Abril

Hoy... que me dió por pensar... en ti

     
       Hoy, que me dio por pensar en ti... Volví a preguntarme por qué fuiste tan importante, si al final tampoco te diferencias tanto del resto, con tus dos ojitos, nariz, boca y un montón de ideas desordenadas en la cabeza. Mirándote detenidamente nada te hacía especial.
      
       A lo mejor fue porque me dio por buscar un poco más a fondo, por intentar fijarme en las cosas que nadie ve, que son las que más me gustan a mí y las que para ti son insignificantes.

¡Qué bonitas son las cosas sencillas!: una sonrisa, un guiño de ojo, un “mañana te vuelvo a ver”, y qué bien sentaba escuchar tu voz antes de que los rayos de sol hubiesen aparecido. Una vez me dijeron que le felicidad era eso: apreciar los pequeños gestos, que al final son los que causan las mayores alegrías y lo que más echamos de menos cuando nos faltan ¿Verdad?

   
    Ciertamente, hoy me dio por pensar y pensé en ti. Fue bastante raro porque hacía mucho tiempo que no pasabas por mi cabeza. Te recibí como a un extraño. Como a ese amigo que se marcha y con el que acabamos sustituyendo la palabra "confianza" por la palabra "cortesía". Aún así me invadió una ola de nostalgia. De esa que se te mete por la nariz, inunda los ojos y bombea  el corazón. Me encanta.
  
    Me encanta todo lo que tiene que ver contigo, sólo que ya no pienso en ti. Ni creo que lo vuelva a hacer porque  el tiempo desgasta tus recuerdos y los sumerge en un plácido sueño del que, si no vuelves y los acaricias suavecito, no volverán a despertar.
 

martes, 6 de enero de 2015 | By: Abril

Por si mañana...

 
Querida Julia:
 
Te escribo ahora, mientras duermes, por si mañana ya no fuera yo el que amanece a tu lado. En estos viajes de ida y vuelta cada vez paso más tiempo al otro lado y en uno de ellos, ¿quién sabe?, temo que ya no habrá regreso.
 
Por si mañana ya no soy capaz de entender esto que me ocurre. Por si mañana ya no puedo decirte cómo admiro y valoro tu entereza, este empeño tuyo por estar a mi lado, tratando de hacerme feliz a pesar de todo, como siempre.
 
Por si mañana ya no fuera consciente de lo que haces. Cuando colocas papelitos en cada puerta para que no confunda la cocina con el baño; cuando consigues que acabemos riéndonos después de ponerme los zapatos sin calcetines; cuando te empeñas en mantener viva la conversación aunque yo me pierda en cada frase; cuando te acercas disimuladamente y me susurras al oído el nombre de uno de nuestros nietos; cuando respondes con ternura a estos arranques míos de ira que me asaltan, como si algo en mi interior se rebelase contra este destino que me atrapa.
 
Por esas y por tantas cosas. Por si mañana no recuerdo tu nombre, o el mío.
 
Por si mañana ya no pudiera darte las gracias. Por si mañana, Julia, no fuera capaz de decirte, aunque sea una última vez, que te quiero.
 
Tuyo siempre
 
T.A.M.R.
 
(Jesús Espada resultó ganador del III Concurso de Cartas de Amor de Cobisa )