domingo, 2 de agosto de 2015 | By: Abril

Bésame si me equivoco


Esta vez me toca ser quien diga las cosas bonitas, quien admita que en este juego no ha perdido nadie, que ha sido una doble victoria. Y es que te escribo esta carta para darte las gracias por eso, por nuestros momentos y porque las promesas que un día hice no las va a romper ni el tiempo ni la distancia, esto no es más que un par de promesas medio camufladas entre palabras y un intento de recordarte lo genial que puedes llegar a ser, y es que a ti te miro de un modo distinto. Que no hay otra cosa más bonita que despertar a tu lado y con tus besos. Que los despertares ya no merecen la pena si no son contigo, y sabes que me pasaría años recorriendo todas tus pecas, memorizando cada una de ellas con la punta de mis dedos. Y andar por tus labios, y dejar que nunca, nadie te haga daño. Que no soportaría ver tus lágrimas en esos ojos aunque he de admitir que tu belleza aún existe cuando estás triste. Aún sigo preguntándome si de algún modo puedes verte horrible y todavía no he encontrado ninguna solución posible. Nunca nadie había conseguido tales cosas en mi, como lo has hecho tú; yo no sabía que esto del amor fuera tan maravilloso si es compartido y es recíproco, pero ya veo que sí lo es. Tan inverosímil a veces, tan genial que tengo miedo de perderte, de que esto vuelve a ser una historia que termina como otra cualquiera, que cada uno sigue su camino y deja que el otro, se vaya, sin hacer nada al respecto, aunque algo me dice que esta vez no será igual...

Bésame si me equivoco, pero creo que esta vez es mejor que todas las demás anteriores. Esta vez las cosas van de paciencia y aguante. Brindaste por el camino conjunto y ahora ya no sé si soy yo sin ti o eres tú sin mí. Las cosas cambian y sí, nosotros también. Yo cambié y tú me recogiste después del cambio. Ahora lo único que quiero es despertar a tu lado, después de largas noches de conversación y susurrarte muy bajito que no es que no quiera estar contigo, es que no me imagino no estándolo. Maldito el día en que probé tus labios, ¿quién me ayuda a mí ahora con esta adicción? Porque yo ya no soy capaz de tenerte cerca y no desear besarte...

Ha pasado el tiempo y yo sólo prometo que algún día lo pararé y nos quedaremos a vivir en la cama.

Posdata: lo sabes de sobra pero por si acaso se me olvida, te quiero.


(Celia Otos
)

"Soy", del verbo "contigo"


Soy las palabras que vas a escuchar,
y tú los oídos con los que me sientes.

Soy un libro abierto ante tus ojos,
tú la página marcada de mi libro preferido.

Soy un calcetín en el cesto de la ropa sucia,
y tú su pareja esperando en el fondo del armario.

Soy un bosque teñido de marrón y verde,
tú la lluvia que me aviva desde el cielo azul.

Eres mi agua cuando tengo sed,
yo un desierto queriéndote beber.

Eres el amor que pude hacerte con las manos
yo las ganas de correrte la vida con poesía.

Soy quien esperó toda su vida por sentirte
tú el ángel que apareció sin alas volando raso por mi espalda.

Soy los arañazos de mi propio corazón
tú la saliva que cura con un millón de besos.

Eres el ojalá cumplido con el que sueñan las estrellas
yo un telescopio para encontrarte la constelación perdida.


[[Soy diccionario con faltas de ortografía,
una receta salada que termina siendo dulce,
la chica que no supo bajar del tren,
una película en blanco y negro por recortes de presupuesto.

y tú...

tú eres mis 27 letras del abecedario,
mi dieta preferida
el tren de donde no me quiero bajar,
la película de mi vida.]]


Somos una novela escrita en verso.
Somos manta y sofá,
palomitas con queso.
Somos un Nesquik y un Cola-cao.
Somos Finn y Jake en busca de aventuras.

Somos la mezcla perfecta:

un abrazo en Malasaña,
un paseo por Fuencarral,
un "no te vayas" en la puerta del metro,
una casi huida en la que acabamos de la mano.

Eres Madrid,
porque Madrid sin ti solo son calles.

Eres mi tiempo
y mi tiempo baila al son de tus latidos.

Eres mi mejor canción cuando te ríes,
mi devoción de no querer dejar de verte,

Eres los mejores días de mi vida.

Y serás mi vida, Madrid, serás mi vida,
pues esta vez estoy yendo, y solo tengo..

un billete de ida.

(Mónica Gae)