sábado, 26 de febrero de 2011 | By: Abril

Exilio sentimental


Querido Alberto:

No hago más que darle vueltas a lo nuestro, porque de un tiempo a esta parte he notado que no tienes tiempo para mí. Tu trabajo y tu otra vida te ocupan demasiado. No quiero pedirte lo que no tienes y lo que no me puedes dar, porque no puedo pedirte nada y siempre he vivido siendo consciente de ello. Pero si no puedes darme nada tampoco me veo capaz de seguir con esto. Nos queremos ambos, estoy casi segura de que sentimos lo mismo y de la misma forma, pero este amor empieza a hacernos ya daño. No puedo pensar que lo nuestro se limite a seguir enviándonos correos bonitos y a planificar citas que no llegan. Todo parece ser muy difícil para que nos veamos en las últimas semanas y no puedo seguir viviendo con esta angustia de sueños rotos.
Tienes una vida demasiado ocupada. Y yo me voy quedando en un rincón cada vez más pequeño de tu memoria. A veces noto cómo me cuesta respirar. Y siendo tal vez un poco egoísta…ya no me conformo con que de vez en cuando me cojas el teléfono o me mandes un e-mail rápido diciendo que me quieres con el alma de una forma que empieza a parecerme hueca, vacía…
Tal vez, ahora que me voy empieces a saber de verdad lo que me has querido y lo que puedes llegar a echarme de menos. Tal vez intentes buscarme, pero te anticipo que todo será ya inútil. Nunca ha habido dos oportunidades para el mismo amor en mi vida. Nunca vuelvo a mirar los renglones escritos en el pasado…el amor se agota y a veces no, pero en ocasiones, es necesario sacrificarlo para seguir viviendo y salir adelante. Y yo necesito liberarme ahora de ti y de tus pensamientos porque ya me he cansado de no tener espacio en tu vida. De no ser lo suficientemente importante para ti como para que me dediques más tiempo…Cuando te hagas demasiado mayor para intentar arreglar las cosas te darás cuenta de que todo es pasajero y casi nada es imprescindible, salvo disfrutar del tiempo que tenemos siendo felices junto a la persona que queremos…Si esa persona no soy yo, permíteme ya que me retire del juego y le deje paso a la que está por venir…

Sinceramente tuya:

Magdalena.

(La Dama)