martes, 12 de marzo de 2013 | By: Abril

Querida amiga...


Ahora que el destino nos ha separado y antes que el olvido nos invada el recuerdo, déjame que te escriba en estas líneas lo que no me atreví a decirte cuando vivías.
Te he amado en silencio e incluso he soñado contigo, pero la cruda realidad me ha hecho comprender -eso sí, de la manera más dura- que no estuve a tu altura. Quizá no tuve cuerpo ni edad para quererte, pero me falta voluntad para olvidarte.

Ahora sé lo que es realmente la soledad, estar a tu lado y no poder tenerte. Mi vida así ha perdido sentido pues perderte va a ser como perderme yo a mí mismo. Sólo lamento no llegar a probar a qué saben tus besos.

¿Por qué no habrá otra como tú? Porque has de saber, que por ti volvió a latir este pobre y viejo corazón y siempre tendrás un hueco en él.
Te seguiré amando en silencio aunque sea una tortura, aunque sea en mi recuerdo. Ojalá me hubieras querido y me hubieras dejado amarte como de verdad te mereces.
(Jorge)